jueves, 29 de octubre de 2009

Los piojos siempre repiten curso

Con el comienzo de curso, reaparece un clásico en las aulas de nuestros/as peques: los molestos piojos. Así pues, ante la inminencia de su posible llegada a nuestros hogares, os trasladamos la siguiente información:

Existe la creencia errónea de que su aparición está asociada con la falta de limpieza y los malos hábitos higiénicos. Esta situación es la que explica que en muchas familias la aparición de piojos sea todavía un tabú, y que, en consecuencia, los contagios se oculten y no se comuniquen en la escuela por pura vergüenza. Pues bien, es totalmente falso. Los piojos no hacen distinciones entre cabezas de unos y otros, luego estamos todos igual de expuestos.

Mucha gente cree que los piojos saltan, pero tampoco es así. Por su fisiología, sólo están capacitados para agarrarse al cabello, de ahí que únicamente se pueden contagiar por contacto directo de cabeza a cabeza o por el intercambio de cepillos, gorros, coleteros, diademas y otros objetos que hayan tenido contacto directo con el cabello, como orejeras, bufandas...


El verdadero problema de los piojos de la cabeza es la facilidad con la que se reproducen y se extienden. El parásito adulto, cuyo tamaño es el de una semilla de sésamo, tiene una especie de garra en forma de gancho con la que se ancla al pelo, y se alimenta de la sangre de su huésped cada 3 ó 6 horas, lo que causa prurito o picor a la persona y le obliga a rascarse. Los piojos pueden vivir en el cabello un mes y en ese tiempo son capaces de poner unos 110 huevos, de los que el 60% llegará a adulto.

La hembra fija los huevos, o liendres, a 1 ó 2 milímetros del cuero cabelludo (gusta del calor corporal que emana esta zona) con una sustancia viscosa que actúa de pegamento y de este modo impide que las liendres se puedan despegar manualmente. La presencia de estas liendres es el primer signo de alarma: el niño está infectado. Transcurridos 10 días de la puesta, el huevo eclosiona y, si no se pone remedio para frenarlo, se inicia de nuevo el proceso de reproducción.
PREVENCIÓN: LIENDRERA Y PACIENCIA


Los síntomas de que nuestro hijo tiene pediculosis, nombre científico del contagio de estos parásitos, son el picor persistente y el rascado intenso, si bien cuando se tienen por primera vez el prurito puede aparecer bien tarde. Por eso, para prevenir el contagio de los piojos conviene adelantarse, y ante la sospecha de que el niño pueda estar en contacto con un compañero que ya los tenga se debe revisar concienzudamente su cabeza. Y no basta con hacerlo una sola vez o de forma puntual, es necesario vigilarla día a día con paciencia, una liendrera y un paño blanco.

La liendrera, peine de púas específico para piojos, es lo más eficaz para la revisión y, en su caso, para retirar los piojos adultos y las crías, si las hubiera. Hay que pasar la liendrera desde la raíz a las puntas, prestando especial atención a las zonas que rodean la nuca y la parte posterior de las orejas, lugares preferidos por los piojos porque la temperatura es más alta y constante y porque el pelo sufre menos roturas. Después de cada revisión, conviene sacudir enérgicamente el peine por si algún piojo se ha quedado entre las púas y pasar la liendrera por el grifo para eliminar los posibles restos.
Lociones y champús no sirven para prevenir. La vigilancia y las revisiones periódicas son la clave, porque es la mejor forma de saber si el niño o niña tiene piojos o no. Una vez seguros de que los parásitos han tomado la cabeza del niño debemos informar de ello en el colegio para que avisen al resto de padres. Este sí es el momento de aplicar pediculicidas, insecticidas de uso externo que se venden en farmacias en forma de champús, sprays, lociones e incluso colonias y que atacan al piojo y la liendre provocándoles la muerte.

1 comentario:

  1. Muchas gracias! la verdad que esta informacion sirve de ayuda para las personas que tienen este problemas y para nuestro entorno, siempre es bueno prevenir. Yo he tenido pediculosis tambien de pequeña. Y hoy en dia me dedico a ayudar a otros para terminar con este gran invasor.

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