jueves, 24 de junio de 2010

La visita a la granja

Por fin ha llegado el día: hemos estado en la granja-escuela!!
Nos lo hemos pasado genial. ¿Os contamos un poco?
Lo primero que hicimos al bajar del autobús, fue jugar en un parque que había mientras preparaban a los animales. Nos subimos al tobogán y corrimos por la hierba.
Cuando nos avisaron, entramos a ver a la mamá cerda y sus cerditos, porque se la tenían que llevar de vacaciones y queríamos verla antes. Era grandísima!! y tenía un montón de hijitos.

Luego jugamos un rato con unos tractores con remolque de juguete que nos encantaron, y después, volvimos a entrar para la ver a la vaca Estrella. Era muy, muy grande y un poco tímida, pero le dimos algo de comer, y estuvo un ratito con nosotros.


A continuación, entramos en el corralito de las ovejas. Eran muy bonitas y esponjosas. Nos pusimos todos en corro y pudimos tocarles la lana.

A la cabra de angora no entramos a tocarla, pero también la estuvimos viendo.


Y estas son Blanquita y Negrita. Juani se atrevió a darles de comer y todo, pero también las vimos desde fuera.

Y este es Pablo, el burro. Nos encantó montarnos en él y dar un paseo por la granja en su lomo. Lo hicimos de dos en dos, y al bajar, le acariciábamos y le dábamos las gracias. Su compañera de corralito se llamaba Luna.

Tras el emocionante paseo, entramos a una incubadora de pollitos. Cuando los pollitos salían de los huevos, los llevaban a esta incubadora que era como una caja con una pared transparente y una luz roja que les daba calorcito.

También sacaron un pollito y lo pudimos tocar. Pero con mucho cuidado, porque era muy pequeñito y le podíamos hacer daño.

Y aquí sus mamás las gallinas:

Cuando ponían huevos, caían a este cajón que también estuvimos viendo. Y habían puesto huevos!!

Este es uno de los conejos de la granja. Lo cogieron y nos lo enseñaron. Lo tocamos todos. Este sí que era suavecito!!

Y por último, vimos a las abejas, muy trabajadoras ellas fabricando cera y rica miel. No nos daban miedo porque estaban cerradas y no podían salir.


Y con esto ya nos despedimos de todos los animales y volvimos a montarnos en el autobús. Estábamos cansadísimos después de este día tan especial. Alguno hasta se durmió en el viaje de vuelta, pero nos ha encantado.

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